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Maná del cielo

¡Confía en la promesa!


Hemos aprendido en artículos anteriores lo que es vivir con emuná (אמונה) y bitajón (בִּטָּחוֹן), también transitamos por la salida de Egipto: del exilio, de la estrechez (Egipto-Mitzraim/מצרים).  Ahora, te invito a que vayamos a ver como es el sustento que Dios nos da cada día, de la misma forma en que sustentó a Su pueblo por 40 años a través del desierto con “pan de nobles” como lo dice el libro de Tehilim (Salmos) 78:24 “E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles”. 


En el libro de Shemot (Éxodo) 16 nos narra el gran milagro que acompañó al pueblo hebreo: “Y el Eterno dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no”.  Sin faltar un solo día Dios otorgó el sustento, enseñándonos como el sustento de cada día únicamente depende del Creador con precisión.


El maná nos enseña el camino: Dios hizo que el pueblo saliera, recogiera el maná y les dio reglas para la recolección. Podemos ver como de esta forma Dios los preparó para una entrada al mundo real, ya que, si adquirir el maná no hubiera implicado ningún esfuerzo, este hubiera sido tomado como un milagro aislado no relevante para la vida actual; sin embrago, al requerir la recolección con instrucciones y seguirlas (horario, porciones, preparación, etcétera), nos lleva a entender que el esfuerzo humano, la obediencia a Dios y las bendiciones de Él trabajan juntos.


Ahora podemos ver que este milagro que sucedió en el desierto es el milagro con que Dios nos sigue sustentando cada día, incluso si parece que el sustento es fruto de nuestra propia labor, es de hecho sólo un regalo del Creador, porque todas las habilidades y fuerza que podamos tener, todas ellas manan únicamente de Él.


El elemento más indispensable para aquellos que servimos al Eterno es tener absoluta confianza: emuná (אמונה) y bitajón (בִּטָּחוֹן) en Él en todos los aspectos; no en una cuenta bancaria, una inversión, un negocio, un familiar; sino que todo es únicamente a través de Él. Cuando dependemos de Él, podemos ir a dormir confiados sabiendo que Dios nos sustentará, como lo dice Tehilim (Salmo) 145: 16 “Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente”.


Comportémonos como hijos y no como el esclavo que no tiene confianza, un hijo confía en que su padre lo sustentará, cuanto no más nuestro Padre Celestial traerá el sustento diario sin falta, recuerda que aun en medio del desierto donde no hay nada a simple vista, justo ahí en medio de nuestros desiertos, Dios sigue sustentándonos como lo hizo con Su pueblo por 40 años con bondad inagotable.


Con más de 100 días en medio de este conflicto en Israel, no desmayemos y seamos constantes en tefilá/תְּפִלָּה (oración) unidos, en Operación EJAD (uno), sigamos sosteniendo las manos de la nación de Israel.


Shalom u´brajot 

Paz y bendiciones desde la tierra de la Biblia

Am Yisrael jai / עם ישראל חי ! / ¡El pueblo de Israel vive!

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